Sebastián Armenault se nutre de obstáculos y desafíos. Corre por el mundo en los terrenos más difíciles. No para llegar primero, ni por la medalla ni por el premio, ni siquiera le importa clasificarse siempre en los últimos puestos. Corre para superarse a sí mismo y con un fin solidario. Lleva más de 2.500 km como maratonista y por cada km recorrido, las empresas que apoyan su proyecto hacen donaciones a colegios, comedores, geriátricos y hospitales.