Nota Diario Popular

De Regreso del Cañón del ColoradoSEBASTIAN SERA EL PRIMERO POR MAS QUE LLEGUE ULTIMO

Por Sergio Tomaro (Diario Popular)

Lo peor que le podían pedir era que corriera, pero se dio cuenta que podía vencer esa limitación, al punto que hoy compite en auténticos Dakar pedestres en los que participa para cumplir objetivos solidarios. En su años de rugbier en el club Banco Nación, a Sebastián Armenault la palabra correr le significaba un auténtico suplicio y quizás haya sido esa una de las razones por las que no pudo progresar en su carrera deportiva. Un día, ya de grande, aceptó la invitación de un amigo para hacer actividad física en el lago de Palermo donde descubrió al cabo de un esfuerzo monumental, que era posible doblegar aquella limitación. Y desde entonces no paró hasta correr bajo el calor infernal de los desiertos del Sahara y Omán, en la selva amazónica, las alturas del Himalaya y los hielos del Polo Sur.

Nota en Diario Popular del Domingo 8 de Junio del 2014

Armenault tiene 47 años y es un ultramaratonista en las pruebas más exigentes del mundo en las que más que el éxito deportivo, reivindica en cada una su concepto de superación permanente que abrazó como filosofía de vida.

Ese cambio lo llevó incluso a dejar el puesto jerárquico que tenía en el área comercial de una empresa para abocarse de lleno a una propuesta que lo sedujo: correr para que cada kilómetro superado signifique el aporte de las firmas que lo esponsorean (Weber, Puma, Direct TV, Gatorade, OMINT) para alguna causa solidaria.

Apuntes – Una Carrera que unió a dos amigos

La carrera del Polo Sur de Diciembre de 2011 tuvo un significado especial para Sebastian: el mismo día del Maratón, operaban de cáncer a su amigo Alejandro Tinivelli. Por esa Razón acordaron usar la misma remera, Sebastian en la competencia y Alejandro, en el quirófano. La operación fue un éxito y en la actualidad, la hija Maria de 12 años no vidente de Alejandro, suele acompañar a Armenault en pruebas de hasta 5 Km. Sebas también acompañó a Pepe Sánchez para cumplir la promesa que ese joven hizo por su hijo para cuando el chico se curara de Leucemia, para lo cual corrió de Mar del Plata a Miramar.

Él Ultramaratonista, que asegura pertenecer a “la clase media laburante”, suele aportar esas historias singulares en su rol de columnista los lunes en el Programa de Marcelo Zlotogwiazda por Radio del Plata. El título de su columna, como no podía ser de otra manera, es su lema: “Superarse es Ganar”.

Sebas, como lo conocen los 17 mil seguidores que tiene en Facebook, explicó a HISTORIAS DE VIDA que “hace cuatro años renuncié a la empresa en la que estaba, empecé a golpear puertas para explicar el proyecto que tenía: participar en ultramaratones y convertir cada kilómetro que hago en un aporte económico para volcar en instituciones o lugares que lo necesiten“.

Claro está que las ultramaratones, para los legos en la materia, son carreras pedestres en geografías rigurosas de hasta 250 kilómetros de recorrido. Si se permite la comparación, son una suerte de Dakar pero sobre dos piernas.

“En realidad soy embajador deportivo de las marcas que me acompañan” explicó, pero admitió que no es el triunfo o arribar en los lugares de privilegio lo que realmente le importa. “Suelo llegar entre los últimos, pero llego y cumplo con la cantidad de kilómetros que me fija cada una de las pruebas”, aseveró.

Por ejemplo Sebastián corrió 120 kilómetros en el Sahara, otros tantos en el desierto de Omán y 250 en el de Gobi, 190 en el Himalaya, 50 en el Polo Sur y 42 en una mina de sal a 900 metros de profundidad en Alemania.

“Los ultramaratonistas de punta cubren las etapas en cuatro horas y yo le pongo diez, pero lo que vale es otra cosa -puntualizó-. Igual tengo mis ventajas: como estoy entre los últimos -ironizó- voy siguiendo las pisadas de los que van adelante y así corro sin el estrés de perderme”.

“Nuestra sociedad nos inculco que si no ganamos un título o una medalla de oro, somos de segunda categoría y es un gran error que surge porque se confunde el hecho de superarse con superar a otro”. Sebastian Armenault

Un diario para el frio y un tramontina para los jaguares

El anecdotario de Sebastian Armenault en las Ultramaratones da para un film de aventuras. Como la vez que corrió los 50 km del Polo Sur y aplico un recurso que de chico le transmitió su abuelo para usar los días de frio intenso. “El resto de los 34 corredores estaban equipados con lentes de sol especiales y hasta camperas calefaccionadas. Yo lleve un equipo de frio convencional que llamaba la atención por su simpleza”, conto. “El suizo y el estadounidense me miraban como un bicho raro, pero más cuando tras recordar los consejos de mi abuelo, -puntualizo – me puse en el pecho un diario que encontré tirado y de esa manera llegue a destino”. En los 170 km por el Desierto de Emiratos de Omán, como en el viaje le perdieron el bolso de competencia, tuvo que correr con lo puesto y como lo hizo sin la cobertura para el calzado, termino la carrera complicado por demás: el efecto abrasivo de la arena le hizo perder ocho de las diez uñas de los pies, lo que hacía que pisar era un verdadero calvario. Para el Amazonas le recomendaron ir en grupos pequeños y que cada competidor llevara un cuchillo porque podían encontrarse con ocelotes y jaguares. “Los dos que iban conmigo tenían, uno un cuchillo tipo Rambo y el otro, un facón. Yo nunca tuve coraje de mostrarle que había llevado un Tramontina para cocinar”, apunto.

Maratón a la carta

Aunque llegue entre los últimos Armenault sabe que de todos modos gana. “Al marroquí que arribó primero los 250 kilómetros del Sahara -precisó- le dieron 5 mil dólares de premio. Yo llegué en el puesto 793 y reuní 50 mil en donaciones. Pregunto ¿quién ganó?”.

Pero arribar dentro del pelotón final no lo priva a Armenault de ostentar títulos como el de ser el primer argentino en correr en la Antártida y en integrar el selecto grupo de ultramaratonistas que corrieron en todos los continentes.

Es muy feliz con lo que hace y disfruta cada momento de las carreras, en especial cuando lee las cartas que sus dos hijas, Felicitas, de 19, y Justina, de 16, le entregan previo a cada viaje para que las abra antes de largar, en lo más parecido a un combustible que encienden el motor espiritual de Sebastian, para seguir corriendo.

Gracias Sergio Tomaro, periodista de Diario Popular, por la nota; gracias Laura Salinas, por las fotos, Gracias a las empresas por su apoyo Weber, Direct TV, Puma, Gatorade, OMINT, Municipalidad de Vicente Lopez, Pole Position, New Point Miami, Gracias a todos porque entre todos los hacemos posible, deja tu comentario y compartilo con tus amigos y amigas !!! nunca se olviden: Superarse es ganar !!! Sebas